viernes, 7 de diciembre de 2007

A Dios

Alguien tiene que avanzar algo, de una vez por todas, en el tema de las despedidas.

Alguien podría invertir en la investigación. Pero a nadie le importa bastante aunque todos pasemos por ello como auténticos desastres.

Probablemente si viviéramos 500 años, y nos despidiéramos más a menudo, esto dejaría de ser así. Pero no es el caso.

El caso es que las despedidas, las de verdad, son momentos torpes, con cierto aire surrealista. Uno se siente a medias entre la realidad y el recuerdo vago de alguna película; tiene también la sensación de estar escribiendo a mano la historia de su propia vida. Nos llama la atención que en esos momentos no haya música. Esto último es algo muy agridulce. Quiero decir que es muy agrio antes de despedirnos; y muy dulce después de hacerlo. Podríamos decirlo al revés. O una mezcla entre los dos. Cara a cara con lo sublime nos ponemos nerviosos, y la lengua se nos traba.

Y no es realmente sublime este hecho. Pero sí para un pequeño humano.

Y claro que habrá gente - hay gente para todo - que diga que es eso precisamente lo que les encanta. Yo estoy entre ellos. Pero también pienso que podríamos despedirnos de la misma manera que hacemos un barquito de papel. O igual que le echamos el azúcar al café. Es decir que empezamos, procedemos, y acabamos. Y es precioso también, no?

[ Normalmente, o eso pienso yo, los actos hedonistas tiene dos caras.

Está bien no dejarse encandilar. Pasar más o menos rápido a la autocrítica. Y creo que después se está en condiciones de sacarle algo de jugo a la situación.

Uno no puede ser mucho más de lo que és. No a corto plazo. ]

Parece que los más sabios, los que tienen más experiencia en el tema de las despedidas, sólo saben no hablar de más. Apretar lo justo en el abrazo. No girarse una vez han empezado a andar. O sí, no lo sé. Yo voy probando pero siempre me siento patoso.

Y cuántas veces nos vamos a despedir de verdad en nuestra vida…4? 5?

De manera que esta es una empresa realmente sin futuro. A nadie le saldría rentable. Y menos teniendo en cuenta que la despedida más grande, la Despedida, sólo unos pocos tienen oportunidad de hacerla en condiciones. Y aún así, con todo a su favor, con toda una vida para haberla preparado, quedan como unos gilipollas. Aunque las lágrimas, los llantos y el respeto de los presentes intenten ocultar la chapuza.

7 Comments:

At 7 de diciembre de 2007, 1:09, Anonymous Anónimo said...

Crudo, pero cierto...

 
At 8 de diciembre de 2007, 0:17, Anonymous Anónimo said...

Me encanta leerte..aunque a veces no compartamos pensamientos...sigue escribiendo...me llenas el corazón, la mente y los ojos. Tienes un don innanto xa encandilar o hacer crispar a la gente.

 
At 8 de diciembre de 2007, 5:36, Anonymous Anónimo said...

aquí una torpe en despedidas. quizás porque confíe en que es un "au reVoir"... cómo saben los franceses. pero viven engañados? y si no hay una segunda vez para resolver el error, despedirse como (a)Dios manda?

un beso desde donde se me está yendo la oYa

 
At 8 de diciembre de 2007, 9:48, Anonymous Anónimo said...

cierto.. pero creo q hoy en dia es más fácil volver a ver a la gente, y si realmente son gente que te importa lo harás
pero, q entendemos por "despedida"?cuando sabes que no volverás a ver a la persona o no volverás a hablar con ella? para mi es no volver a hablar con ella. mientras exista algun contacto ya es algo q me llena..
tema complicado y muy presente en nuestras agitadas vidas

 
At 8 de diciembre de 2007, 10:57, Anonymous Anónimo said...

si,pero a veces te despides de alguien sabiendo que al volver ya no serás el mismo, y que lo que cambia no es el verte o no verte más, sino que hay una parte de vuestras vidas que ya se ha acabado; y la despedida lo confirma.
y si piensas, como Marisol, que "la vida es una tómbola", al despedirte tienes presente que por mucho que tu quieras quizá no os volveis a ver,nunca más. de hecho sé que va a ser así con mis abuelos. lo pienso cada vez que me despido de ellos.
por cierto, un saludo.

 
At 8 de diciembre de 2007, 11:03, Anonymous Anónimo said...

las "despedidas de verdad",a las que pienso que se refiere el texto, son como mearse en la cama: antes lo puedes intuir, puede haber factores que indiquen la posibilidad, pero sólo lo sientes al hacerlo.

 
At 10 de diciembre de 2007, 23:09, Anonymous Anónimo said...

Hola artista,



Cómo estás?


Veo de nuevo que ese don tuyo para la instrospección de los espacios interiores anima a tus admiradoras...

Hmmm... muy bien.


:-)


Creo que voy a pasarme más a menudo.

Cuídate mucho

Abrazos desde Barcelona, (prodigios, provincias y mentiras)

T.

 

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